
Abrazar a un árbol no solo significa el acto físico de rodear el tronco con los brazos, sino hacerlo parte de tu vida. Abrazarlo a tu corazón, es decir, integrarlo de tal manera que esté presente siempre.
¿Cómo hacerlo? Bueno, pues una manera es adoptar un árbol o plantar uno. Darle los cuidados de agua, abono, pintarlo de cal para que los insectos rastreros no lo dañen.
Otra manera es conectarte con un árbol o bosque a través de los ejercicios que aquí te comparto. Al abrirte a la energía de los árboles tu vida cambia poco a poco. Primero notarás que te vuelves más sensible a los mensajes de la Tierra, y que al abrazarlos te sientes más centrado(a) y mucha tranquilidad interior. Con el tiempo, notarás que ya no te molesta tanto el ruido ni las presiones de la vida cotidiana. Y si deseas conversar, el árbol es tu mejor amigo, porque nunca repite tus secretos y te escucha atentamente.
Te invito a abrazar a los árboles y hacerlos parte de tu vida. Verás qué linda sensación.
Un abrazo,
Los árboles y yo